Transformación Digital
Hace apenas diez años era impensable tener toda la información de la que hoy disponemos en la palma de nuestras manos. Hoy en día, el 95 % de los españoles navegan a diario por la Red desde sus smartphones y un creciente 6 % ya utiliza relojes inteligentes. Aunque empezamos a percibir el Internet de las Cosas (IoT en su abreviatura en inglés) a través de objetos cotidianos de consumo, lo cierto es que la industria empieza a aplicar sus principios para obtener equipos más eficientes. Y lo hace con el aval de analistas como Cisco, que predice para la próxima década un impacto global del IoT en torno a los 19 billones de dólares.
La nevera conectada que nos alerta cuando escasea o está a punto de caducar un alimento, incluso la conducción autónoma de vehículos, todavía en desarrollo, son cosas del pasado. Las oportunidades de negocio van mucho más allá de los wearables. Mejorar la inteligencia artificial, unido al potencial de analizar el Big Data que nos brindarán todos esos dispositivos, abren un amplio abanico de estrategias de innovación a las empresas que decidan dar el salto en los próximos años.
Aristóteles definió veinte siglos atrás la inteligencia como la “destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”. Hace años que depositamos el peso de esa tarea en la tecnología. De hecho, ya hay más dispositivos conectados que personas y se espera que acabemos esta década con unos 50 millones de aparatos inteligentes. No en vano, el 63 % de las organizaciones ya consideran el IoT como la manera más óptima de mejorar sus productos.
Estrategias de innovación: de pequeños objetos de consumo a las ciudades conectadas
Grandes industrias aeronáuticas como Boeing o Airbus, gigantes de la automoción como Ford o empresas de comercio (Amazon, por ejemplo) y tanto gestores de servicios como aseguradoras de vehículos ya implementan este tipo de sistemas en sus cadenas productivas. Desde el pulsador para realizar un nuevo pedido de consumibles a la tienda, hasta componentes de un avión capaces detectar a tiempo averías. Incluso ciudades conectadas como Barcelona o Chicago hacen ya uso del IoT para obtener datos en tiempo real y mejorar los servicios a sus habitantes.
Pero aún quedan muchas compañías ancladas en la tradición. Firmas que en un futuro muy próximo deberán hacer mayores esfuerzos en I+D para alcanzar a sus competidores más avanzados. De hecho, los mismos expertos que pronostican un fuerte impacto en la economía del Internet de las cosas, también dibujan el porvenir como un revulsivo para el mercado laboral. Si bien la producción tenderá a procesos más automatizados, la industria del futuro precisará de operarios más cualificados para la supervisión de estas nuevas tecnologías, así como para analizar y redistribuir la ingente cantidad de datos que se avecina con garantías.
Si quieres tener más información sobre estrategias de innovación o quieres adquirir soluciones que te proporcionen un gran rendimiento y seguridad, escríbenos: info@besh.es
Deja un comentario